martes, 31 de mayo de 2011

ALFONSINA STORNI






















ALFONSINA STORNI

Alfon­sina Storni –argen­tina, poeta y sui­cida como Pizar­nik–, haciendo gala de su estilo moder­nista, escri­bió el siguiente poema para su amigo, el escri­tor uru­guayo Hora­cio Qui­roga, cuando supo que él se había sui­ci­dado: “Morir como tú, Hora­cio, en tus caba­les, /Y así como en tus cuen­tos, no está mal; / Un rayo a tiempo y se acabó la feria… /Allá dirán. /Más pudre el miedo, Hora­cio, que la muerte / Que a las espal­das va (…)”.

Lo que muchos no saben es que Alfon­sina Storni fue una de las voces más pode­ro­sas del femi­nismo en Amé­rica Latina a prin­ci­pios del siglo XX. Hija de emi­gran­tes sui­zos, se vio obli­gada a man­te­nerse desde muy joven, lo que forjó en ella un carác­ter recio e inde­pen­diente. Fue una de las pocas muje­res pro­fe­sio­na­les que fre­cuen­ta­ban los círcu­los de inte­lec­tua­les por­te­ños –exclu­si­va­mente mas­cu­li­nos– y generó gran cariño entre escri­to­res como José Inge­nie­ros y Hora­cio Qui­roga. Pero no sólo eso, Storni apro­ve­chó el espa­cio de opi­nión que le brindó el dia­rio La Nación para decla­rarse abier­ta­mente atea y socia­lista, ade­más para hablar de sus expe­rien­cias como madre sol­tera. Desde allí con­fron­taba a las muje­res de alta socie­dad que veían en su rea­li­za­ción pro­fe­sio­nal un impe­di­mento para con­se­guir un buen marido. Ni hablar de sus poe­mas, gri­tos de pro­testa en donde can­taba a la vida y al ero­tismo, que fue­ron mal reci­bi­dos por la crí­tica pacata que no enten­día que, para Storni, la poe­sía era un terreno en donde podía con­quis­tar la libertad.

A los 46 años le diag­nos­ti­ca­ron cán­cer de mama y tuvo que sufrir una mas­tec­to­mía de la cual nunca pudo recu­pe­rarse; se sen­tía incom­pleta y muti­lada. El 25 de octu­bre de 1938 se arrojó al mar desde la esco­llera de la playa de La Perla en Mar del Plata. Para ella el sui­ci­dio fue un ejer­ci­cio del libre albe­drío y una manera de eva­dir el dolor del cán­cer ter­mi­nal que la estaba inva­diendo. En 1969 los músi­cos Ariel Ramí­rez y Félix Luna com­pu­sie­ron la can­ción Alfon­sina y el mar, la cual fue amplia­mente difun­dida por Lati­noa­mé­rica, lo que con­tri­buyó a miti­fi­car su muerte.



POESIA DE ALFONSINA STORNI

Último poema antes de suicidarse.

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara en la cabecera;
una constelación, la que te guste;
todas son buenas, bájala un poquito.

Déjame sola; oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides... Gracias... Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.


MÍA

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