ALFONSINA STORNI
Alfonsina Storni –argentina, poeta y suicida como Pizarnik–, haciendo gala de su estilo modernista, escribió el siguiente poema para su amigo, el escritor uruguayo Horacio Quiroga, cuando supo que él se había suicidado: “Morir como tú, Horacio, en tus cabales, /Y así como en tus cuentos, no está mal; / Un rayo a tiempo y se acabó la feria… /Allá dirán. /Más pudre el miedo, Horacio, que la muerte / Que a las espaldas va (…)”.
Lo que muchos no saben es que Alfonsina Storni fue una de las voces más poderosas del feminismo en América Latina a principios del siglo XX. Hija de emigrantes suizos, se vio obligada a mantenerse desde muy joven, lo que forjó en ella un carácter recio e independiente. Fue una de las pocas mujeres profesionales que frecuentaban los círculos de intelectuales porteños –exclusivamente masculinos– y generó gran cariño entre escritores como José Ingenieros y Horacio Quiroga. Pero no sólo eso, Storni aprovechó el espacio de opinión que le brindó el diario La Nación para declararse abiertamente atea y socialista, además para hablar de sus experiencias como madre soltera. Desde allí confrontaba a las mujeres de alta sociedad que veían en su realización profesional un impedimento para conseguir un buen marido. Ni hablar de sus poemas, gritos de protesta en donde cantaba a la vida y al erotismo, que fueron mal recibidos por la crítica pacata que no entendía que, para Storni, la poesía era un terreno en donde podía conquistar la libertad.
A los 46 años le diagnosticaron cáncer de mama y tuvo que sufrir una mastectomía de la cual nunca pudo recuperarse; se sentía incompleta y mutilada. El 25 de octubre de 1938 se arrojó al mar desde la escollera de la playa de La Perla en Mar del Plata. Para ella el suicidio fue un ejercicio del libre albedrío y una manera de evadir el dolor del cáncer terminal que la estaba invadiendo. En 1969 los músicos Ariel Ramírez y Félix Luna compusieron la canción Alfonsina y el mar, la cual fue ampliamente difundida por Latinoamérica, lo que contribuyó a mitificar su muerte.
POESIA DE ALFONSINA STORNI
Último poema antes de suicidarse.
Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara en la cabecera;
una constelación, la que te guste;
todas son buenas, bájala un poquito.
Déjame sola; oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides... Gracias... Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido.
MÍA
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