jueves, 13 de marzo de 2014

 



                                                                Escribo desde el fuego intenso

                                                                que me quema entera,

                                                                 y al que algunos llaman Silencio,

                                                                 o mil formas de morir…

NO

No puedes impedir

que del cielo caiga lluvia

ni que el sol copule con la luna,

todo tiene que existir como debía

a la esencia no se puede reprimir,

y a las aves, no se debe recluir

para ellas, si no cantan y vuelan es letal

y se desangran gota a gota antes de morir,

aun cuando las habitaciones del cuerpo

son inagotables, siempre tienen fin,

aunque la memoria guarde chispas de rubí,

disfrazadas de diamante,

no intentes coartar lo que soy y lo que fui,

¡Lo que visto como piel desde el inicio de los seres!

porque nadie puede arrancarle

su lanza al caballero andante,

ni curar su magnífica locura,

no me pongas a la orilla del abismo existencial

no incrustes los vacios al vasto mar,

¡La mujer ave, tiene que fluir!

no arranques ninguna de las plumas de sus alas,

su sangre efervescente tiene que manar

a través de su pluma y de su alma,

¡Sí, la puedes lacerar de mil maneras!

¡Sí, la puedes comprimir en tu oquedad!

más no, no la hieras cruentamente

al mencionar que su pasión,

le hace mal y otorga muerte,

¡NO!

 

NOEMÌA

13-03-2014

09:20  A.m.

 

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