ACAECER
DE MADRUGADA
Hoy,
la esencia huele a humedad
a ciprés,
a destiempo,
a culto
profano, y a cuerpos.
El
recuerdo, nada en la mente,
en
sudores extraños, en estiércol
se
acerca el mes quinto, el sexto
y el espejo
vacìo, está sin reflejo
la
sombra no tiene sombra,
los
labios ya casi secos,
el
hombre no tendrá nombre
ni
dudas, ni miedos,
¡El
bello cadáver ya duerme!
solo
acaece, entre sueños
real,
tan real como el cisne
como
los cedros,
porta
un abrigo negro,
sombrero
elegante, sonrisa de perla
¡E inquieta
el impávido verbo!
se
sabe aún dentro del alma,
se describe,
¡El amante perfecto!
la
luna se pone triste,
se
acerca al oído y susurra,
¡Despierta!
a tu
mar le faltan dos olas
y a
tu piel, un rasguño.
NOEMÌA
19-03-2013
02:10
A.m.
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