lunes, 6 de junio de 2011

LA MUERTE DEL PEZ




LA MUERTE DEL PEZ
Era dorado,
nadaba en el mar de los humanos,
respiraba tres rayos del sol
bebía ilusiones de la luna,
del verbo profano subyugado
soñaba en poseer,
un trozo de amor de los océanos,
idealizó  la apariencia del león
en la cima de la vanidad intemperante,
escribió poesía
para el beso que se daban los amantes,
atrapado por la red
del molusco clandestino
aprendió a llorar sin llanto,
efugio consternado
cual color de los almendros en verano,
la anarquía sentimental
coadyuvante de los egos impolutos,
lo llevó al final de su sueño imaginado
ahora solo nadará en las aguas de leteo,
remanso de paz, a su alma y su deseo.

NOEMÍA
06-06-2011
9:12  p.m.


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