ECO DEL OTOÑO
Un tajo certero
en la hoz,
tres gritos de crueldad,
savia que bebió sumisa
La rama que le asía,
la sangraba sin piedad,
amó íngrima la hoja
Permaneció leal,
adoraba al árbol
que sólo amaba a las demás
Hoy se ha desprendido
sin el alma,
flotando lento cae
En la tierra infértil,
contorsiona al último suspiro
ya no dolerá, ha fenecido.
NOEMÍA
03-05-2011
4:32 p.m.
No hay comentarios:
Publicar un comentario