jueves, 9 de junio de 2011

ANTÍPODAS ETERNOS





















ANTÍPODAS  ETERNOS



Tantas veces me pregunto

con eco de pintura en sepia,

quien está muriendo lento

yo que me muero de tristeza,

o tú que te mueres en tu cuerpo,

pretérito amante apasionado

los claustros internos de mi alma,

la aprisionan devastando tu figura

girones de ladridos, perdidos en la piel,

tomando la mano del espectro feliz

de la pasión que nos besaba,

ellos rondan el granizo de los seres

que ya no aguardan nada,

como imaginar el oro fundido de tu espalda

no creo en el desgajamiento de tus dedos,

ni en la muerte de la luz de tu mirada,

y cambio la poca energía de mi presente

por dos gotas de cristal del Tíbet de tus labios,

que me preste  Teresa su bondad

para entrar en tu sangre congelada,

deseo confluir tres minutos en tu mente

que mis manos vueltas fuego,

incendien con sapiencia elemental

el mal que devora sin piedad

la anarquía de tus ocasos,

de que me sirve la alborada de la vida

si ya no puedo perderme entre tus brazos,

y pregunto cada noche desvelada,

al noctambulo perdido

que atesora el silente de tus pasos,

si el recordarme interrumpe bruscamente,

la perenne calma del fondo de tu océano

así como interrumpe la alegre primavera

el albo color de las  nieves en invierno,

inevitablemente todo muere,

todo se pierde en el negro color

del infinito eterno de los tiempos,

así moriremos tu y yo

antípodas amantes de lo incierto.





NOEMÍA

09-06-2011

09:03   p.m.







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