MADRUGADA
Escribo a las tres de la mañana
por necesidad, con la urgencia
de explicar, la costilla izquierda
del océano, y el perla nacarado
de la caracola, consentida bajo
el mar, motivado por sus ojos.
Me despertó, la sutil esencia de
los años, cayó a mí lado, se asió
a mi sueño y posó sus dedos en
mis labios, su dogma encontró
mi decadencia, esferas de dolor
gritaron el silente, con sus rayos.
Mi sabana de seda, cantó a su día
dorado, la almohada de mi alma
lloró sus desengaños, y cerca del
amanecer, la madrugada de un
futuro incierto, planto sus pies a
mi conciencia, ecos mancillados.
NOEMIA
11-12-2010
2:30 a.m.
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